Al norte de Alquézar, y en las estribaciones de la Sierra de Sevil, se encuentra la recoleta localidad de San Pelegrín. El tiempo parece haberse detenido, pues sus casas de muros de mampuesto y cubiertas de teja árabe, siguen conservando el aspecto que antaño tuvieron las aldeas de la Sierra de Guara.
En el centro de la población se encuentra la plaza, de la que parten sus dos únicas calles. En esta misma plaza se encuentra la iglesia parroquial del siglo XVIII, construida a partir del desmantelamiento de una anterior románica que se encontraba junto al cementerio. Está construida con la característica piedra caliza de la zona, siendo de una sola nave con testero recto, torre de un único cuerpo y puerta de ingreso a los pies.
En el centro de la plaza se conserva un crucero coronado por una figura esculpida de Cristo crucificado. El actual, también en piedra, sustituye a un anterior que fue recientemente robado.
San Pelegrín es el punto de partida para realizar numerosas excursiones por la Sierra de Sevil, como a la ermita de la Virgen de Viña, El Mesón de Sevil, el Castillo de los Santos o las pinturas rupestres de Quizans y Chimiachas.